Aquí te dejo para que elijas la versión del vídeo:
Versión original (inglés) con subtítulos españoles
Este divertido cortometraje realizado por los alumnos Josiah Haworth, Joon Shik Song y Joon Soo Song del Ringing College of Art and Design muestra lo que puede ocurrir cuando, en una cita a ciegas, nuestra razón y pasión no se ponen de acuerdo para llevar las riendas de nuestra personalidad o actitud.
El corto nos muestra cómo cuando la razón domina la situación, nuestra actitud suele ser muy comedida y miedosa porque estamos más pendientes de lo que la otra persona pueda estar pensando que de lo que nosotros estamos sintiendo. Y ese miedo lo que hace es bloquear y parar nuestras emociones por si la otra persona pudiera llevarse una imagen que no le convenza. Perdemos espontaneidad y frescura, pudiendo dar una imagen de demasiado rígidos, esto puede venirnos bien cuando estamos conociendo a la otra persona y no sabemos bien sus gustos.
Cuando la pasión toma el mando lo que a veces ocurre es que mostramos todo lo que estamos sintiendo en ese momento y ponemos todas nuestras emociones a flor de piel. No nos importa lo que piense la otra persona y enseñamos sin reparos, en este caso el protagonista, lo mucho que le gusta la chica, lo que ocurre que lo hace de forma demasiado agresiva para ella. Esta parte destaca por ser la más auténtica y real que muestra los verdaderos sentimientos y reacciones ante lo que ocurre. En exceso (como muestra el vídeo) esto puede ser agobiante para las personas de nuestro alrededor y a veces es necesario poner algo de control.
Todos tenemos las dos partes de nuestra personalidad, una más racional y otra más pasional, lo que ocurre es que dependiendo de la situación y las personas con quien nos encontremos, dejaremos que una domine más nuestra personalidad que otra.
Un momento muy típico en el que solemos ser muy racionales son las entrevistas de trabajo. En ellas, solemos estar intentando encajar con el perfil que busca el entrevistador que no dejamos mostrar ninguna espontaneidad por nuestra parte.
Un ejemplo de que la parte emocional domine las situaciones es cuando estamos tan a gusto y con tanta confianza, que nos importa muy poco lo que piensen los demás como para dar rienda a toda nuestra espontaneidad. Los niños pequeños son todo frescura y dejan que su parte más emocional domine muchos de sus momentos. En edades tempranas no somos conscientes todavía de las reglas sociales, y normas de educación, las cuales, conforme vamos creciendo, nos van escondiendo esa parte nuestra más real, dando más protagonismo a la parte más lógica y comedida.
Nuestra infancia y adolescencia y las creencias limitantes que vamos adquiriendo conforme crecemos, también serán responsable de hasta qué punto dejamos (consciente o inconscientemente) que una parte domine más que la otra. Creencias como que “tengo que tener el aprecio de todo el mundo” hará que esté más presente la parte racional y mostremos menos nuestras verdaderas emociones. Creencias como “nada ni nadie puede decirme cómo tengo que actuar” hará que nuestra parte más visceral domine nuestro comportamiento, dejando la parte controladora más escondida.
¿Cómo debemos actuar?
El corto muestra que cuando las dos partes encuentran el equilibrio y trabajan de forma pacífica (sin pisarse la una a la otra), las cosas suelen salir como querías.
Mi opinión no coincide con ese equilibrio. Siguiendo con el objetivo de esta página web, que es que seas más consciente de ti mismo y aprendas, lo que yo recomendaría es que primero intentes conocer tus dos partes diferenciadas, te “hagas amigo” de ellas para que puedas sacar a una u a otra (o a las dos) cuando quieras. Mi consejo es que, dependiendo de la situación en la que te encuentres, decidas tú y des el peso que consideres a cada parte, para conseguir lo que quieres. Puedes incluso probar en diferentes ocasiones usar más una parte u otra. Por ejemplo: si en las últimas entrevistas de trabajo has notado que respondías lo primero que se te pasaba por la cabeza, prueba en la siguiente a dejar que tu parte más racional lleve las riendas de tu comportamiento. Por el contrario, cuando sales con gente que no conoces mucho, sientes como que estás muy pendiente del “qué dirán” y por eso no te abres mucho. La próxima vez que quedes con tus compañeros de trabajo/gimnasio/el nuevo curso, intenta dejar que tu parte más emocional lleve el timón de tu actitud.
Como siempre, cuanto mejor nos conozcamos a nosotros mismos y más Inteligencia Emocional tengamos, mejor podremos gestionar nuestras emociones y actitudes y dominarlos para, dependiendo de la ocasión que queramos, dejar que algunas domimen la situación y “esconder” otras. Todo esto nos seguirá ayudando en nuestro camino de crecimiento personal.
Y tú, ¿cómo gestionas estas dos partes del cerebro que se muestran en el corto? ¿Tienes alguna anécdota divertida que quieras contar que tenga que ver con este debate interno?
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